Había una vez ¡¡¡¡¡Un circoooo!!!!!


que alegraba siempre el corazón
lleno de color,
un mundo de ilusión,
pleno de alegría y emoción


Tras mi primera y única visita al circo durante mi niñez (concretamente al de Teresa Rabal) que me generó una fobia a todo lo circense, ayer Pepín me sorprendió con entradas para el Circo Raluy, dispuesto a hacer terapia conductista conmigo, a través de le exposición "forzada" a payasos, trapecistas, malabaristas…

Me quedé impresionada con la escenografía que definiría como museo circense, rodeada de carromatos del siglo pasado y con una pequeña carpa con olor a "antaño" con butacas de terciopelo, frescos, artesonado dorado…

Pero la magia comenzó con la salida a pista de los artistas: Desde trapecistas, a equilibrismos bailados a ritmo de claqué, números de trasformismo con vestuario, malabarismos tradicionales, grandes ilusionismos, payasos cara blanca, equilibrismo con telas, forzudos… Quedando gratamente sorprendida con una puesta en escena basada en el circo tradicional y artesano. ¡Además tuve la oportunidad de participar activamente en el espectáculo, colaborando en un número de magia!

Ahora puedo decir eso de ¡trauma superado! … y es que nene, eres muy buen terapéuta! ;-)

6 comentarios:

scotty dijo...

Pues nada a ver si me quita a mi la fobia a las jotas y a los gimnasios

bloc- era dijo...

Yo te puedo echar una mano con lo de las jotas y tal, pero lo del gimnasio lo veo chungo solo de pensarlo puagggg!!!! me da bastante grima

Anónimo dijo...

Yo tambien fuí al circo de Teresa Rabal de niña y nunca más he ido al Circo

Sergio dijo...

¿ Porque la palabra grima me recuerda el pirineo? Yo también necesito algun tipo de de terapia.

bloc- era dijo...

jajaja creo que a todos nos viene lo mismo a la cabeza....

¿A qué terápia te refieres BI-PAPÁ?

Sergio dijo...

No se, una de choque multidisciplinar.